Resumen: En días sucesivos del mes de abril de 2020, en pleno estado de alarma con motivo de la pandemia por el COVID-19, el acusado acabó con la vida de tres indigentes que descansaban en la vía pública, golpeándolos violentamente con una barra de hierro en la cabeza. De acuerdo con el veredicto del Jurado, se declara probado que se trataba de personas vulnerables y que el acusado, en todos los casos, trató de un modo degradante e inhumano a las víctimas lesionando gravemente su dignidad humana. Actuó con la intención de acabar con su vida de forma que no tuvieran ninguna oportunidad de defenderse, se encontraban durmiendo y sin capacidad de reacción, situación agravada por el confinamiento: los informes de autopsia revelaron que se hallaban en posición horizontal en el momento de la agresión y que en los cuerpos no había signos de lesiones defensivas. A la condena por tres delitos de asesinato se suma la de tres delitos contra la integridad moral del art. 173.1 CP. Se aprecia una atenuante analógica por consumo de drogas y alcohol que ocasionó una leve afectación de las capacidades cognitivas y volitivas. Se imponen tres penas de veinte años de prisión cada una por los delitos de asesinato, estableciéndose, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 76.1 c) CP, un máximo de cumplimiento de las penas privativas de libertad impuestas de cuarenta años de prisión. Se descarta la libertad vigilada al entenderse potestativa y no imperativa como en los delitos contra la libertad sexual.